Pájaro de guerra
Pájaro de guerra Caminamos durante horas por aquel páramo desolado y embarrado, la botas se nos hundían en el lodo a cada paso. El cansancio de la noche anterior unido al luto que mentalmente rendíamos todo el escuadrón por nuestros camaradas caídos, hacía que la marcha fuera horriblemente extenuante. Algunos comentaban, con resignación, que caminábamos directos hacia al infierno, yo difería, en mi opinión hacía mucho que habíamos cruzado esas puertas. El pelotón de reconocimiento había informado de fuego enemigo a apenas dos kilómetros de nuestra posición. La noche estaba cerrada, al parecer ni la luna se atrevía a observar la masacre anunciada de aquella noche. No veíamos a un palmo de nuestras narices, hasta que un destello a pocos metros nos cegó, fue el primer ataque del enemigo, una granada de mano...segundos después las balas empezaron a volar por encima de nuestras cabezas. Abrimos fuego a discreción contra las filas enemigas, pero nuestro ejército había sido diezmado y poco...