La ciudad



La ciudad
Enciendo mis luces cuando duermes, me mantengo despierta en cada momento, en cada esquina, en cada calle. Aunque parezca tranquila y expectante nunca estoy en silencio, una melodía infinita e imparable, compuesta por mil sonidos diferentes, abraza cada uno de mis rincones. Huelo a neumático, a gasolina, a café por las mañanas, a alcohol en las madrugadas...y por mis venas corre el cemento y la piedra. Te he visto llorar, he recogido cada una de tus lágrimas...también te he visto sonreír...y he hecho eco de cada una de tus risas. Pocos son los que me conocen de verdad, pocos saben como es mi verdadero yo, y aquellos que llegan a conocerlo descubren mundos completamente diferentes. He sido terriblemente odiada y locamente deseada y amada. He festejado cada día que así lo merecía, he teñido de luces de colores mi imagen, me he impregnado de olor a libro viejo. He crecido, me he modernizado...pero en el fondo sigo teniendo muy presentes mis orígenes, mi historia, mis culturas, mis idiomas. Puede que a veces llegues a querer alejarte de mí por largo tiempo, sé que no soy perfecta...me dedicaron una canción por ello...pero al final siempre acabas volviendo...no sé, dicen que tengo algo especial. Conozco a mucha, muchísima gente, gente que me ha vestido con camisetas blancas, verdes, rojas, negras, moradas...acompañadas por pancartas, gritos, cánticos...esa es mi gente. Tengo un lema, que antaño me otorgaron, dice “Sobre agua fui edificada, mis muros de fuego son”...también tengo unos colores...me gusta mucho el rojo, también el blanco de las estrellas. Mi animal favorito...el oso, aunque los gatos tampoco están mal. Es curioso como fui bautizada…Madrid, bonito nombre ¿Verdad?


Agnes Hightopp

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