Tinder

Es curioso el sentimiento de no querer volverte a casa solo. 
Es como aquella vez con cinco años cuando me perdí en el supermercado. 
Hasta que no miré a mi alrededor para encontrar a mis padres no me di cuenta de que no estaban.
Pero al ponerme a buscar y no ver a nadie me sentí abandonado y perdido.

Uno no anhela lo que le falta, sino lo que busca.

Si uno no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra.

Lo que nos es familiar, nos es familiar porque nos es familiar, no porque lo entendamos.

No creo que nadie entienda realmente nada sobre el amor. Solo sabemos que lo sentimos cuando lo sentimos.

Anhelo algo que no busco pero siento que me falta. 
Anhelo algo que me es familiar, que me es familiar pero no entiendo.
Anhelo algo que no busco porque no entiendo lo que encuentro. 
Solo sé que lo siento cuando lo siento. Pero nunca encuentro nada. 

Y me vuelvo solo a casa.


Jo

Comentarios

Entradas populares de este blog

El abrazo del Otoño

La Maldición del Caballero Azul

Carta a un profesor de literatura sobre la poesía