07/06/2021

7/06/2021

Estoy sentada en el sofá. A la derecha. A mi izquierda Paula está completamente concentrada en teclear palabras de un trabajo del máster. Junto a la puerta abierta del balcón María lee un libro de ficción histórica sobre un espía oriental. Hace un rato me eché una pequeña siesta. Huele a tierra mojada. Fuera hay una suave tormenta desde hace un rato. No como la de ayer. La de ayer nos recordó lo pequeños que somos. La de hoy nos recuerda lo amable que puede ser la primavera.

Estoy sentada en el sofá. En mi casa. Independizada. Hace dos días entregué el Trabajo de Fin de Grado de Periodismo. El año que viene voy a estudiar Teatro. Seguiré en esta casa. Esta casa limpia, agradable, junto al parque. Por cuyas ventanas se seguirán colando los cantos de los pájaros que oigo ahora fuera. Y las risas de los niños. Y el sonido de los pasos sobre el suelo mojado.

Estoy sentada en el sofá y el mundo parece menos hostil cuando no estás solo. E incluso un poco menos cuando estás comiendo un bol de tus cereales favoritos. Quizás me haga un café. Descafeinado. Está atardeciendo. Con un poco de canela. Para que unida a la tormenta me recuerde que, tras el verano, el otoño inexorablemente espera.

Estoy en casa. Sonrío.


Jo



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